“(Carlos) Menen y (Antonio) Bussi comenzaron una relación institucional apenas Bussi asumió la gobernación (1995). Ambos entendieron que, más allá de sus diferencias ideológicas, tenían que encontrar espacios comunes para construir soluciones para la provincia. Bussi nos daba instrucciones precisas a quienes éramos legisladores nacionales encargándonos gestiones para realizar en Buenos Aires de tal modo de ahorrar recursos de la provincia, y permitir que el gobernador se quede en Tucumán controlando la gestión”, recuerda el legislador Ricardo Bussi.
El hijo del ex gobernador de Tucumán señala que “a pesar de ser dos líderes indiscutidos, con fuertes y determinantes personalidades, siempre primó el interés general por el partidario o sectorial”.
“La prueba más destacada de la excelente relación ocurrió cuando peronistas y radicales (que trabajan juntos desde entonces) suspendieron al gobernador por 60 días, y Menen, lejos de aprovecharse y eyectar a Bussi del sillón de Lucas Córdoba, le prestó todo su apoyo cuando la dirigencia tucumana pretendía empoderar a Raúl Topa, su vicegobernador. Bussi pudo concluir su gestión basado en el cariño de la gente, en la responsabilidad y transparencia de su gestión, y el apoyo del peronista”, afirma el principal referente de Fuerza Republicana.